Está acusada de correr a los niños que jugaban en los lugares comunes del edificio, inventar falsas denuncias y hasta amenazar de muerte a padres e hijos. “Los voy a degollar a todos”, fue una de las tantas frases que resonaban en el edificio, palabras salidas de la boca de la religiosa consagrada.
Una monja que reside en un departamento del monoblock 4 del barrio Las Flores fue expulsada del lugar ayer lunes, tras ser acusada de provocar múltiples disturbios y molestias a vecinos, cuenta Aire de Santa Fe
Se trata de una mujer de 57 años que pertenece a la Orden del Carmen del Arzobispado de Rosario y que desde hace al menos seis años amenaza con matar a distintas personas que residen allí. Inclusive, niños.
Su nombre es Elbia Eugenia L. y fue detenida el pasado jueves junto a sus dos hermanas, que viven con ella, por orden de la fiscal María Laura Martí que, tras interiorizarse de lo que sucedía en esa zona del conglomerado de edificios del norte de la ciudad capital, puso punto final a una historia de terror.
La mujer fue trasladada un día después a los tribunales de Santa Fe y fue formalmente acusada de haber cometido al menos seis hechos delictivos.
Amenazas, inventar falsas denuncias y hasta usurpaciones, fueron los cargos que le atribuyó la funcionaria judicial a la religiosa entregada a Dios.
Tras ser imputada, la mujer y sus hermanas quedaron detenidas hasta este lunes cuando en una nueva audiencia, que se llevó a cabo ante el juez Gustavo Urdiales, la fiscal solicitó que permanezcan detenidas con prisión preventiva.
El defensor oficial que las asistió, Javier Casco, se opuso y solicitó medidas alternativas a la cárcel. Entre ellas, que se retiren del departamento del monoblock y fijen domicilio en la casa de otra hermana.
El juez hizo lugar y ordenó que se cumpla tal medida hasta tanto el caso llegue a un futuro juicio.
“Los voy a matar”
La causa cuenta en total con seis hechos comprobados por la Fiscalía.
El primero remonta al 24 de noviembre del 2019 cuando cerca de las 18.30, la mujer tocó la puerta de un departamento del monoblock donde se festejaba el cumpleaños de un niño de tan solo 6 años.
“Los voy a matar a todos”, gritó a los presentes y agregó que “los iba a degollar a todos”. Seguidamente se retiró del lugar y luego volvió con un cuchillo en mano hasta que terminó siendo retenida por familiares.
Aquel disgusto no concluyó en ese momento sino que continuó cuando la monja llamó a la Central del 911 para alertar que había “ruidos molestos” en el edificio.
Ante tal situación, personal policial llegó al departamento donde se festejaba el cumpleaños del niño y labró un acta.
Otro de los hechos que le atribuyó la fiscal fue que desde 2014 hasta el día de su detención realizó un cerramiento de una escalera que comunicaba con un espacio común “sin la conformidad ni acuerdo de los restantes habitantes del bloque de departamentos”.
La monja también fue acusada de haber realizado -unos días antes al 28 de octubre pasado- corridas a distintos niños que jugaban en la plaza del monoblock 4, que al notar la presencia de la mujer huyeron y se pusieron a resguardo en la casa de una vecina de la manzana 6 que los ayudó.
Justamente esa vecina también fue amenazada por la monja quien le juró que le haría cosas malas sobre su persona ya que “tenía un hermano que es juez y que le allanaría su casa”.
La imputación también fue por haberse dirigido, el 27 de octubre -cerca de las 20- hacia los caminos internos del monoblock 4 y a viva voz gritar “ya van a ver lo que les hago” y “vengan a decirme algo y van a ver lo que les pasa”, mientras exhibía un cuchillo.
Otro suceso que contempló la fiscal Martí fue uno que protagonizó en abril de este año, cuando la mujer se dirigió hasta la plaza del monoblock donde se encontraba un padre con su hijo jugando a la pelota.
“Hijos de puta dejen de molestar, dejen de jugar a la pelota y vayan a trabajar”, les gritó. Luego sacó de un bolso un cuchillo y les dijo “los voy a matar, váyanse de acá”.
La violencia continuó cuando las hermanas de la “religiosa”, según declararon testigos, abrieron la ventana del departamento donde vivían y tiraron agua caliente a un grupo de niños y adultos que estaban presentes en el lugar.
Fuente: Aire de Santa Fe
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