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jueves, mayo 2, 2024
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La increíble lucha por vivir de la valiente Daiana Ayelén Benelli-Paulazzo

Daiana Ayelén Benelli es hija de Nancy Paulazzo, docente del Jardín de Infantes “José Pedroni” en el Barrio Los Toncos -quien es hija del “Gringo” Paulazzo, ex sereno municipal y mozo histórico del bar Royal-; y de “Caio” Benelli, ex presidente del Club Bartolomé Mitre y pintor de obra, una familia originaria de la localidad de Felicia, en el departamento Las Colonias.

Daiana Ayelén nació en Esperanza un 16 de febrero hace 22 años. Y desde hace 4 años lucha con un coraje extraordinario por vivir.

Su historia en la Escuela Nº 315 “Aarón Castellanos” y en la Escuela Normal Superior, primaria y secundaria respectivamente, fue como la de todo niño o joven, pero accidentada. Los esfuerzos físicos la desmayaban y sus horribles dolores de cabeza continuos y permanentes, aumentaban mientras más crecía.

Su familia pensó que eran consecuencia de una meningitis superada, pero la medicina le probó que no era así. Se pensó que era una anemia  y por ello era tratada, pero cuando intentaba hacer esfuerzos físicos en el gimnasio perdía el conocimiento.

Hasta que el Dr. Sabatini, quien trabaja también en el Hospital de Esperanza, encontró el problema. El Neurólogo en julio del año 2016 hizo estudios y pudo ver una malformación congénita en el cerebro, una sobre su ojo derecho- temporal derecho- y otra en la zona de la nuca.

Entonces la joven pasó a ser atendida por el cuerpo de neurocirujanos del Sanatorio Santa Fe Y el extraordinario trabajo de los profesionales durante estos cuatro años, califica su mamá  -porque Daiana habla muy bajito apenas y está recuperándose- ha dado buenos frutos sobre su existencia.

Mediante un  sistema de iluminación en la sangre, los profesionales pudieron ver las dos malformaciones y el 13 de octubre además del 24 de noviembre trabajaron en su cerebro para curar y sellar. En abril del año 2017 aplicaron rayos y en 2018, la mala noticia es que descubren otra malformación porque el problema es de nacimiento y es una malformación dinámica que deberá ser atendida de por vida.

Sigue la actividad médica en su cerebro en el tiempo subsiguiente y es así que en julio de este año debió ser operada. Pero, a pesar del éxito de la acción médica hay un problema, la arteria se rompe y comienza a sangrar dentro de su cabeza.

Finalmente los médicos dicen claramente a la familia que hay que quitarle un hueso de la cabeza a Daiana, para permitir evacuar la sangre. Y que su vida estaba en las manos de la ciencia, pero que además era importante rezar por ella. Porque podía o no salir de la operación que duró desde las 16 hasta las 22 horas de esa tremenda jornada para su familia.

Seis horas de operación, más 72 horas horas de pos-operatorio. La ciudad y la región se unen en oración, y hasta en la República Oriental del Uruguay se reza por la vida de la joven esperancina.

Dios y la ciencia médica  hacen  el milagro. Pasito a pasito, hora a hora, Daiana Ayelén pelea, con  un temple envidiable. Su familia está a su lado a sol y sombra. Sus amigos le hacen saber que la sostienen y rezan por ella.

Pero, entra en otro riesgo difícil. Toma una neumonía. Y otra vez, médicos, enfermeras, su familia y principalmente ella, no se niegan a la pelea por su vida.

Y ella sale, con toda su garra, sin necesidad de traqueotomía, que era la amenaza si no abandonaba el respirador artificial. Y está hoy, 17 días después,  en recuperación en un departamento privado del Sanatorio Santa Fe, donde diariamente es atendida por los profesionales que la visitan, siendo acompañada por su mamá Nancy.

Pero no es todo. Porque el hueso que le falta en la cabeza no puede ser repuesto. Entonces debe reponerse en su salud y en unos cuatro meses, volverá al quirófano para que se le coloque un repuesto de titanio, que se fabricará mediante 3D. El mismo debe ser a medida de su cerebro y se le colocará atornillado a sus otros huesos de la cabeza. A estas alturas ellas, madre e hija dicen, después de lo que pasaron, que es “pan comido”,  con una fe inalterable tanto como envidiable.

Y después deberá cuidarse de por vida, hasta de no hacer locuras si va en bicicleta. Ella mientras tanto sueña con  terminar su tesis en el Instituto El Sol de la ciudad de Santa Fe y recibirse de Técnica Superior en Gestión Gastronómica. De volver a trabajar en la ciudad donde está viviendo, Rafaela, en el departamento Castellanos, con sus queridos compañeros y amigos de “Directo al Paladar”, un centro gastronómico muy conocido en la ciudad Perla del Oeste santafesino.

Nancy se emociona al hablar de su hija, “nunca bajó los brazos” dice y su tono se quiebra un poquito, aunque se muestre siempre fuerte y muy madre.

“Gracias a los doctores y profesionales del Sanatorio Santa Fe que son excelentes, a la obra social de Iapos que jamás nos dejó solas en cuatro años y nunca nos falló, y a la gente que reza, a las miles de personas que hacen  su oración diaria por mi hija, que lo sigan haciendo porque lo necesitamos” ruega la maestra de jardín de infantes esperancina.

Fanática de amor por  Boca Juniors, su papá le ha prometido que apenas pueda la va a llevar a la “Bombonera” en Buenos Aires.

En tiempo de pandemia, la enorme batalla que libra Daiana Ayelén Benelli, es un faro de luz para los esperancinos para valorizar, en la altura y la profundidad lo que es la salud y la vida.

Daniel Frank