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viernes, abril 26, 2024
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Rodrigo Müller en el centro de la política esperancina para construir a través del diálogo y el consenso

Rechaza los extremos “por cuestiones de ideología partidaria y por su falta de tolerancia”, además se define como “moderado”, una posición que, día a día, gana más adeptos alrededor del mundo. A punto de cumplir un año como concejal, Müller se abre en una nota íntima y habla sobre su historia, su familia, su vocación por la política y su adoración por la ciudad de Esperanza.

Corrían los primeros meses del año 1994 cuando, con mucha timidez, un joven ingresó a la sede de la Unión Cívica Radical, ubicada en calle Belgrano frente a la plaza San Martín. Como si fuera una señal del destino, su primer acto de militancia fue una venta de bolsones escolares a bajo precio “para que todas las familias puedan acceder a los materiales educativos”, recuerda hoy, casi 30 años después, ese joven idealista que con ética, trabajo, transparencia y vocación, se convirtió en uno de los máximos referentes del radicalismo en la ciudad.

La afinidad con la Unión Cívica Radical viene por legado materno ya que su madre, María del Carmen Mansilla, comenzó a militar en el partido en la década de los 80´. Su padre, Abelardo Müller, impulsó su interés por la política al regalarle libros para niños sobre la historia del Imperio Romano, entre otros. Rodrigo aún conserva esos libros y recuerda que “me llevaron a querer que la sociedad sea mejor y creer que se pueden cambiar las cosas”.

Hijo de la universidad pública, confiesa que “siempre quise estudiar Ciencias Políticas” pero al no ser una carrera muy difundida y la imposibilidad de irse a vivir a Rosario lo obligaron a cambiar de profesión y ahí apareció la abogacía. “Pude estudiar gracias a la beca municipal, mi familia siempre me ayudó pero teníamos limitaciones económicas”.

“HAY QUE TENER EMPATÍA PARA SER POLÍTICO”

“Uno tiene que tener la empatía para ser político, si no te da sufrimiento la pobreza o que a alguien le falte trabajo, es imposible. A su vez, también tenes que estar formado para darle a las personas una respuesta acorde a los momentos actuales. Un político tiene que ser completo”. Müller respalda esa forma de pensar con su historia de vida: a la empatía e interés por el bienestar de la sociedad desde muy pequeño le sumó estudio y capacitación para llegar a ocupar el lugar que tiene hoy.

“El principal obstáculo que veo en la política local es la mezquindad y se debe a que hoy es más importante quién propone algo antes de enfocarse en qué es lo que propone. En ciertas oportunidades hay que despojarse de eso porque actitudes como de ese estilo terminan repercutiendo negativamente en la sociedad”.

En ese sentido, sostiene que “los políticos somos transitorios y eso hay que tenerlo bien claro. Solo tenemos un paso y debemos hacerlo de la mejor manera posible para dejar un legado y sentar las bases para los que vienen después”.

Müller reconoce el recelo de la sociedad hacia los políticos y considera que se corresponde con el accionar de muchos funcionarios que no estuvieron a la altura de las funciones que ocuparon. “Me enoja que nos metan a todos en la misma bolsa pero lo entiendo. Para modificarlo hay que demostrar y marcar una diferencia, a través de la propuesta de proyectos e ideas políticas que rompan con la desconfianza que tiene la gente sobre nosotros”.

“ALFONSÍN SENTÓ LAS BASES DE LA DEMOCRACIA ACTUAL”

Rodrigo nació durante la dictadura cívico-militar aunque no tiene recuerdos de esa época y agradece “haberse criado en democracia”. Cuando se le consulta sobre el mejor gobierno democrático responde si dudar: “el de Raúl Alfonsín ya que, aún con errores, dejó sentadas las bases para la democracia actual”. Puntualmente valoró que “se rodeó de intelectuales que pensaban distinto, designó a socialistas, demócratas cristianos y justicialistas. Eso demuestra que riqueza política e intelectual hay en todos los partidos”.

En la actualidad, parece imposible lograr algo así debido a la ya tan famosa grieta. “Se puede terminar con esa división porque las sociedades más exitosas son las que mejor han logrado armonizar los reclamos sociales y las iniciativas privadas”.

TOLERANCIA Y DIÁLOGO PARA CONSTRUIR A FUTURO

Admirador de la serie danesa “Borgen” (mucho antes que llegue a Netflix), Rodrigo se identifica con la protagonista Birgitte Nyborg, del partido Moderado, quien asume como Primer Ministro y debe llevar adelante su gobierno a través del diálogo y el consenso pero sin dejar de lado su ética y sus convicciones.

“Rechazo los extremos por cuestiones de ideología partidaria y no me siento ni cercano a las posiciones de la derecha ni tampoco de la extrema izquierda que rechaza la iniciativa privada. Estoy convencido de que en el centro están las posibilidades de consensuar, armonizar y construir a futuro. La lógica es el diálogo y el camino para armonizar lo mejor de cada una de las visiones”.

“A los extremos les falta un principio básico para la política que es la tolerancia”, la cual evita ver todo color blanco o negro. Desde esa posición, Rodrigo se permite encontrar cosas positivas y negativas de las gestiones de gobierno. “De Perón valoró el haber integrado a la clase obrera, aunque la forma no fue la correcta;  el desarrollo del proyecto de energía nuclear y la resolución de gratuidad que complementa los principios de la reforma universitaria; de Néstor Kirchner la construcción de la Corte independiente en el inicio de su gestión y de Macri el hecho de respetar el pluralismo en los medios estatales. A nivel provincial me identifico con los tres gobiernos del Frente Progresista Cívico y Social por su impronta”.

Sobre Esperanza, destaca que “Fascendini fue el gran transformador de la ciudad en cuanto a la obra pública y sentó las bases que luego continuó De Pace, con un gobierno de mucha cercanía con los vecinos”. Por otro lado, reconoce que “el legado del gobierno justicialista es la cañería madre que se incorporó al sistema de la ciudad” pero también menciona que “en el debe deja la vivienda y el empleo”.

Müller considera que para lograr un desarrollo económico hace falta darle libertad a los emprendedores para que puedan generar iniciativas de base tecnológica y, detrás, tiene que haber un fuerte impulso social para formar y generar espacios de vinculación. “El Estado debe estar presente pero no tiene que ahogar a la iniciativa privada”, mencionó.

“ESPERANZA PUEDE DAR MUCHO MÁS”

“Si tengo que elegir un lugar de Esperanza que me represente me quedo con la plaza San Martín por sus monumentos, sus árboles y todo su entorno”, relata Rodrigo aunque, luego, su tono pasa de orgullo a melancolía: “Adoro la ciudad pero actualmente la veo desmejorada, creo que pueda dar mucho más. Tenemos dificultades que pueden ser superadas si se trabaja mejor desde el Estado para brindar las respuestas que hoy no se dan”.

“Le tengo mucho respeto a todos los que construyeron Esperanza y lograron grandes hitos como haber tenido luz eléctrica antes que muchas otras ciudades, haber sido la tercera ciudad más importante de la provincia. Era una ciudad envidiable, ejemplo de la colonización Argentina, y ese es el espíritu que hay que volver a tener, que sea una ciudad líder como lo fue en muchos momentos de su historia”.

Para lograr los cambios “es necesario que el Estado responda de manera más ágil y eficaz y para eso se necesitan grandes cambios en el municipio porque la división del trabajo actual no responde a las necesidades que tiene la ciudad”. En ese punto, remarca la necesidad de concursos transparentes para el ingreso a la administración pública. “Los países desarrollados son los más exigentes en cuanto a esa cuestión. Es uno de los grandes problemas del país porque en algunas ocasiones los políticos se encuentren imposibilitados de cumplir lo que proponían al no contar con personal de planta calificado”.

Otro gran problema que nota en la ciudad, y por el cual ya presentó un proyecto, es la basura. “Esperanza está atrasada en ese tema y, de un día para el otro, se puede convertir en urgente. Actualmente se está terminado de construir una celda que, aproximadamente, se llena en dos años, por lo cual el próximo gobierno, sea quien sea, va a recibir ese problema. Los parches no sirven, necesitamos una solución más a futuro”.

“El Estado es el catalizador de los cambios en la ciudad y muchas veces solo hace falta voluntad para lograrlos”, agregó

EQUIPO POR ESPERANZA

Sobre su trabajo en el concejo, explicó que “trato de que sea un camino, ir proponiendo micro reformas para tratar de llegar al objetivo final de alcanzar una gran reforma. En eso hay charla, diálogo y siempre estoy dispuesto a consensuar”. Al respecto, expresa que “hay determinados criterios políticos que bajo ningún circunstancia voy a dejar de lado, ya que abandonarlos significaría renunciar a lo que siempre quise contribuir”.

“Las buenas políticas públicas se logran incluyendo a la mayor cantidad de voces, morigerando los reclamos de los sectores para que todos estén de acuerdo y ejecutándolas por medio de las personas más capacitadas”. Con esa idea, Müller coordina al grupo “Equipo por Esperanza” que surgió durante la campaña para concejal, en la cual muchas personas se acercaron expresando sus deseos de colaborar para tener una ciudad mejor. “El objetivo era buscar un mecanismo institucional para reunirnos a todos. Considero que somos todos iguales dentro del grupo, aunque por mi rol de concejal me toca coordinarlo. Está abierto, la gente puede sumarse, no importa el partido político, nuestra intención es mejorar la ciudad, debatiendo las ideas que cada uno acerca”.

“Los políticos buscamos tener mayores responsabilidades para tratar de resolver los problemas que tiene la sociedad, por lo tanto, si en algún momento me toca la responsabilidad de tener una candidatura de mayor nivel que concejal la voy a considerar, pero quisiera que esas cosas sean sólidas, no una cuestión voluntarista ni que nazcan del interés personal, sino llegar rodeado de un equipo armado y preparado”.

“ELIJO INVOLUCRAR A MI FAMILIA DE LA MEJOR MANERA POSIBLE”

Acostumbrado al ida y vuelta de la política, Rodrigo es habitué de responder interrogantes difíciles de contestar pero hubo una pregunta que lo interpeló como ninguna otra: “¿Papi vos no quisieras tener un trabajo con menos estrés?” le consultó una de sus hijas mientras realizaban uno de los típicos paseos familiares. “Los fines de semana trato de dedicarle tiempo a mi familia, pero es difícil desprenderme del trabajo porque vamos a un parque y me pongo a ver el estado de los juegos”, confiesa.

“Me es difícil involucrar a mis hijas en la política porque es un mundo de adultos pero trato de que lo malo no le llegue y mostrarle que se pueden hacer bien las cosas. Tengo la costumbre de invitarlas a los actos patrios porque considero que es muy importante enseñarles a los niños su significado”.

Un párrafo aparte se merece su esposa, Carina, quien “aguanta mis locuras, mis nervios y es mi confidente”. Ella recoge el guante y se suma a la conversación: “Es difícil cuando escuchamos críticas hacia él porque vemos el trabajo que hace todos los días y nos duele. Rodrigo es un luchador y lo admiro porque tiene los objetivos muy claros y trabaja para lograrlos. Le llevará más o menos tiempo, pero estoy segura que los va a conseguir”.

Rodrigo, escucha a su mujer y reflexiona: “cuando alguien se dedica realmente a la política es muy difícil no involucrar a la familia por lo tanto yo elijo hacerlo de la mejor manera posible”.

De aquel joven idealista que entró por primera vez a una reunión de la Juventud Radical le queda poca timidez pero mantiene intacta su ética y su compromiso para trabajar por una ciudad de la que los esperancinos estén orgullosos y para demostrarle a sus hijas que, con trabajo y dedicación, las cosas pueden estar mejor.