Mientras en Esperanza hubo peleas tales que dejaron a dos jóvenes internados por la violencia desatada en zona céntrica, Humboldt fue testigo de la invasión juvenil alrededor de su plaza redonda. Pero allí sucedió algo sorprendente: Fue el único lugar del país, donde los pibes se divirtieron y antes de irse a dormir, en plena madrugada, limpiaron la plaza central y otros espacios verdes del pueblo que usaron para reunirse a festejar la Navidad.
Ariel Brunás, capataz del Corralón Comunal de esa localidad, dijo que los trabajadores comunales se encontraron en la mañana del 25 con una plaza sin trabajos para hacer por la limpieza del lugar.
Sólo les restó levantar la basura ya preparada en bolsas y juntar las botellas para que Bomberos luego venda el vidrio como beneficio para el Cuartel.
Los jóvenes habían apilado las botellas en distintos sectores y juntada y embolsada la basura.
Horas antes, el presidente comunal Duilio Rohrmann, le dijo a los chicos y chicas de Humboldt que les dejaba las plazas y paseos para que se divirtieran sanamente.
Duilio Rohrmann publicó en su Facebook un mensaje, dando a entender que por determinaciones tomadas por el gobierno provincial estaban prohibidos los eventos masivos, pero que en plazas y espacios públicos de Humboldt, se podían reunir al aire libre, siempre respetando las distancias y los grupos reducidos.
Los jóvenes no sólo respetaron los protocolos, sino que vivieron una noche en paz y, como cierre, limpiaron toda la plaza central de su comunidad. Y como en este predio, también lo hicieron en otros sectores del pueblo. Un ejemplo nacional.